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TEREZÍN

 

LA TERRIBLE Y TRISTE HISTORIA DE LOS

BILLETES DE UN CAMPO DE CONCENTRACION NAZI

 

 

por Lic. Daniel G. Discenza 

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Entrada a Terezín

ARBEIT MACHT FREI”, histórica leyenda inscripta en la entrada a Terezín y que significa “El trabajo te hace libre” … 

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El término “guetto” viene del nombre del barrio judío de Venecia, establecido en 1516.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los guettos eran distritos urbanos (de menudo cerrados), en los cuales los alemanes forzaron a la población judía a vivir en condiciones miserables.

Los guettos aislaban a los judíos, separándolos de la población no judía, así como de las otras comunidades judías. Los nazis crearon más de 400 guettos.

Los nazis exigían a los judíos usar insignias o brazales que los identificaban como judíos y también que muchos hicieran trabajos forzados para el gobierno alemán. La vida cotidiana en los guettos fue administrada por los Consejos Judíos (Judenraete), cuyos miembros eran nombrados por los nazis, y la policía judía, que fue forzada por los alemanes a mantener orden dentro del guetto y a facilitar las deportaciones a los campos de exterminio.

Hoy en día, si uno visita la República Checa, probablemente se acerque hasta Terezín (Theresiendstadt), una población ubicada al Noroeste de ese país, famosa por el campo de concentración alemán que funcionó allí durante la ocupación alemana. Claro que cuando los nazis pusieron en funcionamiento este siniestro lugar, la “Republica Checa” no existía como tal, ni siquiera había una “Checoslovaquia”. Este país, hoy en día extinto, por aquella época se llamaba “Protectorado de Bohemia y Moravia”. Como su nombre lo indicaba, era un “protectorado” alemán.

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Ubicación de Terezín

Este campo de concentración funcionaba más bien como un guetto. Una zona aislada que era habitada, forzosamente, por la población judía. Hay que destacar que Terezín cumplía una doble función: en primer lugar; de tránsito, antes de la deportación a otros campos de exterminio (como Auschwitz, por ejemplo).

El guetto de Terezín (Theresienstadt) fue establecido por los nazis en octubre de 1941 en la ciudad, cuartel y fortaleza del mismo nombre, a unos 60 kilómetros de Praga, que el emperador austriaco José II había construido a fines del siglo XVIII en territorio checo, para honrar la memoria de su madre, la emperatriz María Teresa.

El “campo-guetto” de Theresienstadt existió durante tres años y medio, entre el 24 de noviembre de 1941 y el 9 de mayo de 1945.

En la pequeña fortaleza de Terezín, la vida diaria de los presos estaba determinada por el reglamento de la cárcel. No obstante, se puede observar un deterioro paulatino de las condiciones de vida de los presos, como resultado no solamente de la evolución general de la guerra y de la represión desatada por las autoridades alemanas contra la población del Protectorado, sino en primer lugar por la arbitrariedad de los vigilantes.

La estancia de los presos en la cárcel de Terezín empezaba con un procedimiento de ingreso en el patio de la administración que duraba varias horas. Con el tiempo, pasaron a formar parte integrante de este procedimiento los malos tratos infligidos por los vigilantes a los presos recién llegados. Una vez registrados en la oficina de ingreso, cada preso tenía que entregar en la pieza destinada a los haberes (Efektenkammer) todos sus documentos personales y los objetos de valor. Después, cada uno recibía en el almacén la ropa penitenciaria (por lo general un uniforme viejo), una escudilla, una cuchara y una manta. Solamente las mujeres se podían quedar con su ropa civil. El procedimiento de ingreso finalizaba con la división de los novatos por celdas. Esto se efectuaba en la oficina del jefe del patio correspondiente.

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Entrada de prisioneros
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Pero la segunda función, y quizás la más importante, era la propagandística: los alemanes intentaron mostrar a este guetto como un “centro modelo”, donde los judíos allí trasladados vivían en excelentes condiciones. Incluso, se llegó a filmar una película en el gueto, una película de propaganda. Terminado el film, tanto el director del mismo como muchos de los actores, fueron deportados a Auschwitz, donde terminaron siendo asesinados.

En septiembre de 1942 el gueto alcanzó su máxima población con 53.004 prisioneros. Hasta el fin de la guerra continuaron llegando judíos, al tiempo que seguían las deportaciones: las primeras, a guettos en Polonia y los Estados Bálticos; y desde octubre de 1942 hasta el fin de la guerra, a los campos de exterminio de Treblinka y Auschwitz. Para ese entonces quedaban en Theresienstadt solo 11.068 personas.

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Vista interior del Guetto

Las condiciones de salubridad eran intolerables, lo que provocó epidemias con numerosos muertos. Para fines de 1943 el departamento sanitario del guetto había logrado establecer un hospital, lo que permitió una reducción de la tasa de mortandad.

Debido a la falta de higiene en el guetto y la escasez de agua limpia, medicinas y comida, muchos prisioneros enfermaban. Un 30% de la población del gueto fue clasificada como enferma por escarlatina, tifus, difteria, polio o encefalitis, en 1942; el frío a finales de ese año incrementó los casos de infectados con piojos. Los hospitales improvisados, donde trabajaban mayormente enfermeras, fueron organizados en cada barracón para los casos más serios. La mayoría de las enfermeras carecían de formación y debían realizar todo el trabajo, incluyendo el limpiado de las salas de enfermos, recoger los desechos humanos y mantener a los pacientes entretenidos. Si bien las enfermeras, en escaso número, estaban exentas de deportación hasta octubre de 1944, se enfrentaban al peligro de contraer tales enfermedades, trabajando jornadas de entre 18 y 20 horas diarias. Tras las deportaciones de 1944, el número de enfermeras fue notablemente reducida, y cada una debió ocuparse de 65 o más prisioneros.

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Piletas comunitarias para lavarse

Durante la existencia del guetto, alrededor de 15.000 niños vivieron en Theresienstadt, de los cuales un 90% murió tras ser deportados.

Las condiciones de vida en el guetto variaban según el status del prisionero. La mayoría debía vivir hacinada en dormitorios colectivos, con entre 60 y 80 personas por habitación; hombres, mujeres y niños vivían por separado.

La comida era por lo general insuficiente, pero también lo era su distribución. Aquellos que no trabajaban, la mayoría ancianos, recibían un 60% menos de comida que los mejores trabajadores, matándolos de hambre.

Theresienstadt fue el único campo de concentración en el que se practicó la vida religiosa, en forma más o menos tranquila, comenzando con la celebración de la primera noche de Hanukkah a fines de diciembre de 1941. La Biblioteca del gueto tenía más de 10.000 volúmenes en hebreo. Tanto dentro como fuera del marco de la “universidad abierta”, se dieron más de 2.300 conferencias (más de una por día de la existencia del campo-gueto) sobre temas tan variados como arte, medicina, economía o historia judía.

El réquiem de Verdi se representó en Theresienstadt. El compositor Viktor Ullmann, alumno de Arnold Schonberg, escribió 20 obras musicales, aunque no pudo terminarlas a todas antes de su deportación en 1944.

El judío más anciano (en alemán, Judenaltester), era quien estaba nominalmente a cargo de dicho guetto. El cargo lo ejerció Jakob Edelstein. Inicialmente, planeó convertir el lugar en un centro productivo y económico, con la esperanza de poder así frenar los traslados. Lamentablemente, Edelstein desconocía los planes ya trazados de antemano por los nazis.

Hacia mediados de 1943, lo que se conoce como el final del segundo período del campo de Terezín, aguarda a los prisioneros un triste espectáculo. Llega al gueto un tren con unos 1.300 niños entre seis y quince años. Vigilados de cerca por los centinelas y los SS, los niños marchan en desordenada procesión, descalzos o mal calzados, en harapos, sucios, meras bolsas de piel y huesos, hacia el espulgado. Están aterrados, ninguno dice una sola palabra, ninguno sonríe, pero cuando ven el cartel que dice Gas frente al espulgadero, se apretujan unos con otros, comienzan a llorar y se niegan a entrar. Evidentemente, ya han tenido experiencias con gas en el Este.

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Pero finalmente se los baña a todos y furtivamente y en secreto cuentan su historia a algunos miembros del grupo de desinfección. En Biálystok el Mordkommando de la SS fusiló a sus madres y a sus padres delante de sus ojos.

Algunos hombres, mujeres y niños murieron en cámaras de gas. Los niños restantes fueron arrastrados hasta Terezín. Nadie sabe cuántos huérfanos hay, a nadie se permite contarlos; los chicos son alojados en casas rodeadas de alambre de púa. Algunos sucumben a enfermedades contagiosas, y otros son llevados a la Pequeña Fortaleza por los hombres de la SS y golpeados hasta morir.

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Vista interior (hoy)

Dado a que en el lugar había cierta actividad comercial y hasta cultural, pronto se hizo necesaria la adopción de una moneda propia que circulase solo dentro del gueto. Por ende, a partir de 1943 se imprimieron billetes para uso interno, los cuales, eran cambiados a los moradores del asentamiento. De esta forma, se les sacaba el dinero que poseían y otros bienes, especialmente, oro. La movida, como verán, era muy redituable para los nazis, ya que se trató, ante todo, de un verdadero saqueo.

La realidad es que esos billetes carecían de cualquier respaldo económico, pero, así y todo, circularon dentro del guetto. Con ellos se podían pagar ciertos impuestos y comprar algunos bienes en las tiendas del campamento que funcionaban como comercios: las mismas, eran solo escaparates y, amarga ironía, esos escaparates estaban llenos en su mayoría de objetos incautados a los judíos a su llegada a los guetos.

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Serie de billetes de Terezín (Colección Personal)
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Anversos 1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100 Coronas (Colección personal)
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Reversos 1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100 Coronas (Colección personal)

El diseño de los billetes se encargó a un artista y poeta judío de origen checo que estaba prisionero: Peter Kien, quien falleció en Auschwitz en 1944.

La iconografía de estos billetes fue igual para todas sus denominaciones, luce a Moisés sosteniendo las Tablas de la Ley (“Los diez Mandamientos”)

Su diseño original del retrato de Moisés fue aprobado por el Consejo de Ancianos Judíos y el comandante del campo, pero no por Adolf Eichmann, jefe del Departamento de Asuntos Judíos de la Gestapo. Consideraba que Moisés era demasiado ario en apariencia y ordeno que lo retrataran con una nariz aguileña prominente y cabello rizado.

También, cínicamente, se retocaron otras partes del diseño, para dificultar la lectura del mandamiento que se aprecia en una de las tablas: NO MATARAS.

Los bocetos fueron destinados a Jindra Schmidt, un importante grabador checo. El hallazgo posterior de estos billetes en calidad sin circular dentro de la bóveda del Banco Nacional Checo de Praga hace suponer que fue esta institución la que organizó la impresión de dichos billetes, lo cual se habría hecho en la imprenta estatal. Si bien las primeras emisiones, según consta en los mismos billetes, fueron firmadas el 1º de enero de 1943; las distribuciones iniciales no se llevaron a cabo hasta el 12 de mayo de ese año.

En otros campos de concentración alemanes se usaron fichas o vales, pero los de Terezín destacaban por su diseño cuidado y su buena factura. Esto sin duda se debe a que, dada la función propagandística del campo, mantener las apariencias era una estrategia vital. En cuanto al aspecto de los billetes, lo único que variaba de denominación en denominación y permitía reconocerlos eran los colores y las medidas (cuanto mayor la denominación, más grande era el billete).

Las denominaciones mayores (20, 50 y 100 coronas), tienen una tenue marca de agua geométrica. La unidad monetaria elegida para los mismos (y en la que están expresados los valores), fue la más conocida en Checoslovaquia, es decir, la corona (kronen), y de allí el nombre popular con el que se ha bautizado a estas notas, el cual se complementa con su representación iconográfica: “coronas de Moisés”.

Denominación

Color

Medidas

Serie y Placas

Impresión

1 Corona

verde

98 x 49 mm

A y Nº de placa

2.242.000

2 Coronas

rojo

107 x 53 mm

A y Nº de placa

1.019.000

5 Coronas

marrón

113 x 57 mm

A y Nº de placa

530.000

10 Coronas

azul

124 x 62 mm

A y Nº de placa

456.000

20 Coronas

verde

130 x 67 mm

A-R y Nº de Serie

319.000

50 Coronas

azul

139 x 72 mm

A-H y Nº de Serie

159.000

100 Coronas

bronce

148 x 79 mm

A-O y Nº de Serie

279.000

Estos billetes vienen firmados todos por “Der Alteste der Juden”, el “Más Anciano de los Judíos”, con lo que se pretendía dotar a estos trozos de papel (carentes de cualquier tipo de valor respaldatorio) con cierta legitimidad, además de continuar la farsa montada que incluía la autogestión judía del gueto.

Como parte del cínico engaño a la población judía que forzosamente residía en Terezín, los alemanes hasta impulsaron la creación de un banco propio para el gueto. A esta entidad ficticia la llamaron “Banco de Autonomía Judía”, llegando hasta crearse más de 50.000 cuentas personales completas, con extracciones mensuales y depósitos en forma de la nueva moneda interna.

Hacia fines de 1943 el mundo exterior comenzó a tener mayor conciencia sobre lo que estaba ocurriendo en los campos nazis. Para contrarrestar esa información, los alemanes decidieron permitir una visita a Theresienstadt de una comisión investigadora de la Cruz Roja Internacional. Para ello primero hacía falta preparar el gueto: los alemanes aliviaron el hacinamiento deportando prisioneros a Auschwitz; construyeron un café, negocios, un banco, jardines de infantes y una escuela, todos ellos ficticios; plantaron flores y filmaron una película de propaganda que presentaba la vida en Theresienstadt como idílica y confortable. La comisión llegó el 23 de julio de 1944. Los prisioneros que se entrevistaron con sus integrantes habían sido advertidos de antemano sobre como comportarse y que decir. La visita fue un éxito – las SS lograron engañar completamente a la comisión.

Durante los últimos 6 meses del gueto arribaron judíos procedentes de Eslovaquia, Hungría, el Protectorado de Bohemia y Moravia, Alemania, Austria, Holanda y Dinamarca. Cerca del fin de la guerra, la Cruz Roja transfirió a algunos de ellos a países neutrales. En abril de 1945 los alemanes llevaron a Theresienstadt a miles de prisioneros que habían sido evacuados de campos de concentración. Esto produjo el estallido de nuevas epidemias. El 3 de mayo los nazis entregaron Theresienstadt a la Cruz Roja; el gueto fue liberado el 8 de mayo por tropas soviéticas. El ultimo judío abandono Theresienstadt el 17 de agosto.

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Entrada de turistas a Terezín (HOY)

En 1947 se decidió convertir la Fortaleza Pequeña en un memorial a las víctimas de la persecución nazi. Adler rescató un gran número de documentos y dibujos de Theresienstadt, después de la guerra y los envió al Museo Judío en Praga; este material formó el grueso de las colecciones ahora expuestas en el museo y el propio gueto.

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Museo Judío de Praga

El Museo del Guetto de Terezín fue inaugurado en octubre de 1991, después de que la Revolución de Terciopelo acabara con el poder comunista en Checoslovaquia, durante las conmemoraciones del cincuentenario del antiguo guetto. El museo está financiado por el Ministerio de Cultura checo e incluye una sección dedicada a investigar la historia de Theresienstadt.

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Museo del Guetto de Terezin

En total, 155.000 judíos fueron llevados a Theresienstadt; 35.440 murieron allí, 88.000 fueron deportados a campos de exterminio u 19.000 sobrevivieron en el gueto o en los grupos transferidos a Suecia o Suiza. De los que fueron deportados, solo 3.000 sobrevivieron ……

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Algunos fallecidos en Terezín:

  • Elkan Bauer (1852 – 1942), músico.
  • Roberto Desnos (1900 – 1945), poeta francés.
  • Alfred Flatow (1869 – 1942), gimnasta alemán.
  • Gustav Flatow (1875 – 1945), gimnasta alemán.
  • Rudolf Karel (1880 – 1945), compositor checo.
  • Georg Pick (1859 – 1942), matemático austriaco. 
  • Emil Lindenberg (1886 – 1942), dentista.

 

Algunos sobrevivientes:

  • Viktor Frankl (1905 – 1997), Médico Neurólogo y Psiquiatra.
  • G. Adler (1910 – 1988), poeta, novelista y académico. 
  • Josef Beran (1888 – 1969), arzobispo de Praga
  • Ruth Elías, autora del libro “La esperanza me mantuvo viva”, en que narra su historia. 
  • Karel Kosík (1926 – 2003), filósofo y teórico de la literatura.
  • Marceline Loridan-Ivens (1928 – 2018), cineasta y escritora.

Parte de mi bibliografía personal

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Nota: la serie de 7 billetes de valores 1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100 Koronas los adquirí a través de la plataforma eBay a un residente de la ciudad de Hamelín.

Hamelín es una ciudad de Baja Sajonia, Alemania, a orillas del río Weser. Tiene una población estimada, a fines de 2019, de 57,434 habitantes.  Es la capital del distrito de Hamelin-Pyrmont y es principalmente conocida por el cuento El flautista de Hamelín.

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Vista de la ciudad de Hamelín

Agradecimientos:

  • Profundo agradecimiento al Alejandro Gutiérrez (actual Secretario de FENYMA (Federación de Entidades Numismáticas y Medallistas Argentinas), colega coleccionista y gran AMIGO, sin su ayuda me hubiera sido imposible la adquisición de la serie de billetes, mi agradecimiento eterno.
  • A mi gran Amigo y colega Javier TUX Pons, por su generosidad de siempre y por alentarme a escribir el artículo.
  • Al prestigioso grupo NNF Aprendiendo a coleccionar y a todos sus integrantes.
  • A otro gran y querido Amigo, el Federico de Anzó, sus varios artículos escritos sobre estos temas fueron fuente de inspiración del presente, además agradezco desde el alma sus infaltables llamados y/o mensajes cada vez que escribo un artículo alentándome a que lo siga haciendo.
  • Al Darío Sánchez Abrego, colega coleccionista y miembro actual del Centro Numismático de las Sierras del Tandil, gran referente numismático y grandísimo Amigo, permanentemente cuento con su gran apoyo.
  • A la Asociación Numismática y Medallistica de la ciudad de La Plata, a través de su presidente Alfredo Ale y de todos sus integrantes; al Centro Numismático de las Sierras del TANDIL, a través de su presidente MV Miguel Angel Pena y de todos sus integrantes y al Centro Numismático de Buenos Aires, a través de su presidente Lic. Carlos Alberto Graziadio y de todos sus integrantes; tres Instituciones a las cuales me HONRA pertenecer.

Fuentes:

 

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